La semana se hace dura así que a falta de sol he decidido viajar mentalmente a México, en concreto a Puerto Escondido.

Hace un tiempo escuché hablar de este pequeño rincón, no tan escondido, de la costa pacífica de México, en el estado de Oaxaca. Con un clima cálido y unos 27ºC de media, podemos decir que no es un mal lugar para perderse. Considerado un pedazo de cielo en la tierra, no sólo por su entorno natural y sus bellas playas, sino porque su ambiente bohemio, invita a todos los que lo visitan a quedarse.

Un lugar privilegiado conocido como el Mexican Pipeline, en honor a la famosa ola hawaina. Con sus 3km de arenal salvaje, Playa Zicatela ( que significa lugar de grandes espinas) es un lugar de encuentro para surfistas profesionales y aficionados a un deporte que supone toda una filosofía de vida, alguno de los cuales ha establecido aquí su residencia.

Pero también artistas como Bosco Sodi, enamorados de este entorno, han decidido establecer una de sus residencia cerca de Puerto Escondido, entorno a la que han creado una fundación: Casa Wabi, cuyo proyecto arquitectónico corrió a cargo de Tadao Ando. Con estructura de hormigón y madera, y techos de palapa, Casa Wabi toma su nombre del concepto oriental de Wabi Sabi, que consiste en buscar la belleza en la imperfección, en la profundidad y los accidentes de la naturaleza.

Un espacio para albergar un proyecto de intercambio de ideas entre artistas de distintas disciplinas, cuyo objetivo es que los diferentes artistas puedan desarrollar su obra, explorando nuevas ideas y conceptos, inspirados por el entorno y la convivencia e interacción con la población.

Casa Wabi cuenta con una residencia con 6 dormitorios, biblioteca, galería, jardín , salón de usos múltiples y cine. Espacios pensados para albergar a los artistas, así como para facilitar la exposición de sus obras y la interacción con la población acercando a los jóvenes y niños el arte.

Pero además de estos espacios naturales y culturales, Puerto Escondido ofrece muchas posibilidades de alojamiento. Me gustaría destacar entre ellos el Hotel Escondido, perteneciente al Grupo Habita. Diseñado por los arquitectos Federico y José Juan Rivera Rio, este refugio junto a la playa cuenta con todas las comodidades de un gran hotel. Sus 16 bungalows con techos de palapa y estructura de madera, que recuerdan la arquitectura tradicional con un aire contemporáneo, se distribuyen en unos 35 m2 ,con interiores con suelos de madera tropical, paredes de estuco, baños de cemento pulido y terraza con acceso a piscina privada.

Los muebles de DECADA Muebles Vintage y piezas de diseño del siglo XX, ayudan a crear espacios minimalistas, con un aire rústico y chic. Las habitaciones se conectan a través de caminos que cruzan jardines de rocas y cactus, lo que ayuda a crear un ambiente único. El hotel se completa con una zona de spa, restaurante en el que disfrutar de la comida autóctona, un bar o lounge dónde podremos sentarnos y simplemente desconectar.

Y es que quién no quiere disfrutar de un lugar donde pasear a orillas del mar, montado en caballo o andando, ver las tortugas y como estallan sus huevos y se arrastran hasta el mar e incluso bañarse en una laguna donde nadar de noche en aguas llenas de plancton bioluminiscente, la laguna de Manialtepec, uno de los mejores lugares del mundo donde disfrutar de este fenómeno.

No se vosotros, pero yo me mudo ahora mismo.
Me encanta!